CRUCE DE CIUDADES, PUERTOS Y MÚSICA EN LA NOCHE DE BUENOS AIRES

DONDE EL TANGO Y EL FADO SE UNIERON

Buenos Aires, la ciudad capital del tango. Donde el fuelle baila al compás del bandoneón que va sonando trayendo los aires de la música portaria, los arrabales, la noche oscura del callejón.

Lisboa, la ciudad templo del fado, en donde las callecitas se van llenando de música mientras se va caminando por ellas, no importa el tiempo inclemente o el sol del verano portugués.

Hoy esas dos ciudades tan distintas, tan ajenas rompieron el puente trasoceánico que las separa unidas por el arte musical del fado y del tango traídos por cuatro músicos que supieron interpretar la esencia de cada uno y traerla hasta la cuna de Anibal Troilo y Carlos Gardel.

Hoy se dio una vuelta más por Buenos Aires Ástor Piazzola en los tangos interpretados por el bandoneonista Daniel Binelli quien llevó adelante piezas de este gran compositor argentino, dejado a un lado cuando vivía en Buenos Aires y apreciado recién al hacerse famoso en Francia haciendo más categórico el dicho "nadie es profeta en su tierra". Binelli, acompañado por Polly Ferman brindaron a los presentes joyas del tango entre las que se pudo apreciar composiciones propias y una versión al piano de la obra maestra "Alfonsina y el mar".

El fado estuvo bien representado con Luz de Lágrima, con Gabriela González López (voz) quien no solo cantó parte del repertorio de su más reciente álbum "Fado secreto" sino que agregándole su cuota de histrionismo, condimentando así las canciones con historias detrás de las historias interiorizando al público en las melodías llevadas a cabo.

Claudio Méndez al piano acompañó como siempre con su arte a los fados en un camino por el encuentro con la esencia misma de lo interpretado, poniendo también él su cuota actoral junto al bandoneonista y por momentos interactuando los cuatro en una clara demostración de camaradería que el público agradeció de ver.

Noche donde el fado, el tango, la música hecha arte supieron interpretarse mutuamente y trasladar la emoción viviente a todos los asistentes que disfrutaron gustosamente de un show de intercambio entre culturas no tan distintas.

Andrea Lopes.