UNA VOZ LLENA DE POESÍA
En la noche del domingo 18 de agosto se dio fin al Primer Festival de Fado en la ciudad de Río de Janeiro.
Antonio Zambujo fue el encargado de abrir el escenario, luego que la Unesco nombrara al fado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El cantante ofreció un cálido show, donde su voz, como venida de un río, ondulaba por la Cidade das Artes, el teatro donde se presentó, para llegar directamente al alma por intermedio de su forma de decir, de cantar, tranquila, sin apuro, como apreciando cada una de las palabras que forman parte del repertorio mostrado para, sencillamente, dar cabida a la ternura en la música portuguesa.
El fado, cantado por él, es totalmente distinto al que estamos acostumbrados a escuchar, pero está lleno de una belleza poética, haciendo fluctar la energía de quien lo oye, disfrutando de cada nota, cada melodía.
Un espectáculo sin imposiciones. Donde la magia de la música se cuela en los rincones más recónditos del espectador, quien se queda maravillado con este talentoso cantante.
Acompañado de dos eximios músicos, dio un bello ejemplo de cómo se puede cantar el fado, con pausas y sutilmente.
Fue lindo de ver la parte del show donde él, solo con la guitarra, canta con el alma bellos fados que se dirigen directamente a los presentes que se dieron cita para verlo. Es profundamente emocionante ver lo que el talento de una persona puede hacer, frente al público, acompañado únicamente de la guitarra.
En el espectáculo hubo un momento único: el gran encuentro entre Antonio Zambujo y Ana Moura quienes interpretaron una bellísima versión de "Vestiu a saudade", cantando desde lo más profundo de su corazón, en una complicidad musical disfrutable de principio a fin.
El concierto de Antonio Zambujo marcó de esta manera el principio del fin del gran encuentro musical realizado Río de Janeiro.
Andrea Lopes.
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