EN EL FONDO NACIONAL DE LAS ARTES
LA MÚSICA SE VIVIÓ POR TRES
En la noche porteña de Buenos Aires hubo un nuevo encuentro con la música cuando en el Fondo Nacional de las Artes se presentó la cantante Mariana Accinelli junto a sus músicos Diego Capacciolli, Leandro Cacioni y Hernán Crespo para vivir un momento donde la música de varios puertos se juntaron en un solo lugar.
Dos guitarras sonaron en el escenario dando comienzo al show a las que se sumó luego la voz de Mariana Accinelli trayendo notas de otros sitios.
El tango se paseó de lado a lado entre Nieblas del Riachuelo con los ritmos propios de este género tan propiamente argentino, reunido en un muestrario de buen repertorio elegido.
Pariente cercano del tango, más allá de los kilómetros que lo separan, se sumó el fado, ese género musical portugués que denota tristeza, soledad y saudade, aparte de ritmos alegres, que también los tiene, igual que nuestros queridos tangos. Los dos son melodramáticos y transmiten esas sensaciones que solamente por medio de la música se puede expresar.
Y a ellos se agregaron los boleros, con esas canciones que están íntrinsecamente integradas a cada persona porque, como los otros dos, tienen que ver con lo sentimental, la emoción y esas dos cuestiones son universales, de ahí que los boleros se escuchen en los países menos pensados.
El público que acudió recibió el espectáculo en silencio respetuoso, para de esta forma, tomar las palabras y sonidos que en el escenario se les estaba transmitiendo a ellos.
Tres músicos, una voz y tres géneros unidos para que las Dos Orillas, título que da origen al álbum de la cantante, se unan gracias a los arreglos que de las composiciones que llevan a cabo, realizan los músicos que acompañan siempre a Mariana Accinelli.
Una vez más, tango y fado se unieron, ahora con un nuevo integrante: el bolero.
Andrea Lopes.
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