Y LA MÚSICA SIGUIÓ TOCANDO
Primera noche donde el invierno golpeó la puerta de Buenos Aires avisando que había llegado. Y lo hizo con viento, lluvia y frío, todo en uno. Para que nos acostumbremos rápidamente a este clima.
En esta noche impestetiva tuvo lugar otro show de Almalusa, en este caso en La Biblioteca Café, donde, con su gracia, talento y actuación trajeron las canciones de Portugal hasta Buenos Aires utilizando como escala una única estación: la música.
El sentimiento fue el motor de este show en el cual las ciudades más renombradas del país ibérico tuvieron su lugar en este espacio de fado vivido hoy.
Las notas musicales junto a las voces de los cantantes de Almalusa surgieron en el aire para llegar directamente a los corazones de los presentes.
Entre clásicos del género, fados modernos e incluso fados compuestos por los mismos integrantes de Almalusa se disfrutó de la alegría junto a la saudade, indivisibles entre sí, como familia a las cuales pertenecen.
El alma del pueblo portugués estuvo nuevamente entre nosotros gracias al talento y compromiso puesto al servicio de la difusión del fado, esta vez por parte de Almalusa, muy buenos representantes de la música portuguesa en nuestros lares.
Con ellos, el frío se hizo menos riguroso, el viento no sopló tanto y, por si fuera poco, la lluvia había cesado al terminar su excelente show.
Andrea Lopes.
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