LA VIRTUOSA EXPRESIÓN DE LAS PALABRAS
La chuva, en la voz del grupo Fadeiros, mientras la gente se va acomodando en sus butacas, es el primer camino a la poesía y al virtuosismo de la obra que se verá a continuación.
Mientras el personaje (Pessoa), acostado en una cama, duerme,o sueña que duerme, la lluvia que escucha lo inquieta, no lo deja descansar, dormir, tan insistente es ese ruido de la lluvia que se despierta, con ese despertar vienen también los recuerdos, la saudade por el tiempo que se fue y que no volverá, la infancia perdida y el niño al cual el escritor quiere volver, vuelven las ganas de rememorar un pasado y, a través de un camino filosófico, se hace y hace planteos al espectador, preguntas que tienen respuestas y muchas que no, o quizás requieren para ellas de un profundo escucharse a uno mismo para replantearse cuestiones aletargadas.
A lo largo de la obra, aparecen los temas del tiempo relativo, la manera en que se es medido, la vida y la muerte, planteándose que no se puede compararla con nada conocido ya que no hay nadie que pueda contar cómo es.
El planteo del siglo, vivido este como un siglo rodeado de adelantos científicos continuos y de una alienación social a nivel mundial, configurando a la Tierra como el manicomio del universo, más allá de si los demás planetas están habitados o no.
La exclusión social de Pessoa, actitud que él tomó ante la vida al sentir que no era valioso para nadie, solamente agradable para el resto de las personas.
Estos temas y muchos otros más, importantes, valiosos y trascendentes, se dan cita en esta obra cíclica, donde la lluvia despierta al protagonista para contarnos sobre sus personalidades, para luego volver a dormir y descansar ¿definitivamente?, al compás nuevamente de la lluvia, como si la misma le trajera los recuerdos y sea ella también la que se los lleva.
Realizada magistralmente y llevada a escena por un talentoso actor, que hace quedar bien en alto la figura del genial poeta portugués.
Un lujo en Buenos Aires el que exista este tipo de obras de teatro.
Andrea Lopes
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