EL RECONOCIDO FADISTA PORTUGÉS
NOS RELATA SU HISTORIA
A. L.: Usted es una de las nuevas voces del fado y hace años que
está emparentado con la música, pero para saber un poco más de su vida
artística, ¿cómo fueron sus comienzos, cuál fue ese primer acercamiento a la
música en general y al fado en particular?
R. C. F: Canto desde que me acuerdo de existir. Estudié música
desde pequeño, toqué la guitarra clásica y llegué a cantar en bandas donde
tocábamos a Pink Floyd, Dire Straits, Police, Supertramp... Las bandas de
referencia de la época. A pesar de que el fado estuvo siempre presente en mi
vida (mi padre fue propietario de una casa de fados en Cascais, mi madre
escuchaba fado constantemente en casa y en los cumpleaños había siempre fado en
vivo, solo comencé a interesarme realmente por él a partir de los 16/17 años.Frecuentaba
las pocas casas de fado que existían y donde podíamos estar sin pagar mucho
dinero y un día comencé a cantar. Pasado un año de esa primera experiencia, fui
contratado por el restaurante São
Caetano, muy de moda por ese entonces, y a partir de ahí seguí el sendero
normal. Pasé por la Taverna do Embuçado,
comencé a hacer mis primeros conciertos, participé en numerosos espectáculos de
João Braga, de Carlos Zel, etc. Después fue a estudiar a Londres durante dos
años y el fado quedó un poco relegado. Cuando volví, entré al elenco del Clube
do Fado y comencé a tomar mi carrerar un poco más seriamente.
A. L.: ¿Qué representó para usted el hecho de actuar en un
homenaje al símbolo máximo del fado: Amália?
Fue una enorme tristeza la muerte de Amália, a quien tuve la
felicidad de conocer y con quien llegué a cantar y bailar, en pleno palco del
Teatro Nacional de São Carlos en un
concierto de João Braga. Se
realizaron homenajes a esa figura de la cultura portuguesa y tuve el honor de
ser invitado a participar en muchos de
ellos. Creo que todavía hoy, pasados casi quince años de su muerte, las
personas se acuerdan de esos conciertos homenajes que fueron realmente
inolvidables. En ellos surgieron por primera vez al gran público nombres como
Mariza o Katia Guerreiro. Pero Amália será siempre la mayor referencia del fado
y contunúa siendo homenajeada y recordada cada vez que se canta alguno de los
innumerables sucesos que ella creó.
A. L.: ¿Cómo fue ese acercamiento que tuco con el flamenco y
el fado, dos géneros musicales que, junto con el tango, nacieron en el mismo
siglo y casi al mismo tiempo?
R. C. F .: Fue una experiencia muy interesante. Fui invitado por
la Compañía de Danza Siclo XXI para suplantar a Camané, quien con ellos hizo
sus primeras presentaciones del espectáculo “Sol, Luna, Flamenco y Fado”. Era
un espectáculo con un componente escénico lindísimo, musicalmente muy bien
diseñado y ensayado. Conviví con cantaores y bailaores excelentes y juntos
hicimos decenas de espectáculos en España, Francia, Alemania y Suiza.
Andrea Lopes.
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